miércoles, 3 de marzo de 2021

¿Cómo hemos sobrevivido a la tragedia de la muerte de nuestro hijo?

Desgraciadamente no tenemos otra opción que sobrevivir. Digo desgraciadamente porque en muchos momentos deseé irme con él, a pesar de todo lo que tenía aquí. El dolor por la muerte de mi hijo fue tan intenso como el amor que sentía por él y por mis otros hijos. Viví mucho tiempo anclada en esos terribles días, el tiempo no pasaba en mi cabeza, y fueran semanas, meses o años, el embarazo y el nacimiento de Xavi me parecía que fueron ayer. 

Hoy mi precioso bebé cumpliría 4 años y me asusto de que el recuerdo empiece a parecerme lejano y algo que sucedió como una pesadilla horrible. Muchas veces me siento así, y algunas pocas me vuelve a invadir el intenso dolor que me retuerce el estómago y me oprime el corazón. La cicatriz que ha dejado es muy profunda, el dolor se puede revivir como al principio del duelo, y el corazón duele, de verdad. Pero cada vez es menos a menudo, y con el tiempo sumo otras pérdidas en mi vida, amigos, abuelos... y veo el sufrimiento que viven personas muy queridas a mi alrededor. Y me siento afortunada porque mi ahora mi vida es feliz. El césped de mi jardín está verde y de nuevo, aunque algunos nunca sabrán que es porque lo hemos estado regando con muchas lágrimas. 

Hemos aprendido grandes lecciones en estos años de duelo. Sobre el amor a los hijos, sobre el dolor, sobre la amistad, sobre nosotros mismos, sobre nuestro matrimonio... sobre la vida. ¡Qué efímera! Y cuantas preocupaciones absurdas tenemos los hombres, cuántos compromisos nos imponemos, cuántas presiones... olvidando que lo esencial es lo más cercano, lo más pequeño, lo más simple. Nos creemos invencibles, insustituibles, pero nuestra vida pasa muy rápido y demasiado tarde nos damos cuenta de nuestra insignificancia y, por tanto, de la nimiedad de nuestras preocupaciones.

Lo que es innegable es que estamos cansados. Han sido unos años muy duros a nivel físico y emocional. Nuestro cuerpo nos pide a gritos descansar... la maternidad y la infancia de nuestros hijos está siendo una etapa de nuestra vida muy dolorosa, intensa y exigente. Volvemos a sentir felicidad en muchos momentos, pero estamos agotados. 

Este es mi propósito para el próximo año, recuperarme del todo y acabar de asentar la tristeza que aún me acompaña en el fondo del corazón. 




4 anys petit meu, tan de bo per tu sigui només un instant i de seguida pugui tornar a abraçar-te i cantar-te una cançó ben fluixet a l'oïda... Tan de bo estiguis aquí amb nosaltres compartint d'alguna manera aquesta vida que intentem seguir sense tu. Tan de bo sàpigues que per molt de temps que passi, per molts records que sumi a la meva vida, sempre voldré els moments que hem perdut amb tu.