viernes, 6 de diciembre de 2019

Hoy tengo un mal día

Como tantos otros... desgraciadamente no se pueden borrar los recuerdos y a menudo golpean con fuerza. Hoy toca ira, enfado... con Dios por haberme repartido estas cartas... la muerte de mi hijo fue la gota que colmó el vaso. Enfado porque sé que desgraciadamente vendran otros golpes. Vivo esperando, sé que llegaran. Enfado con los médicos que metieron la pata, con el hospital por negar y ocultar lo evidente. Enfado con las personas de nuestro alrededor que hicieron mas insoportable el dolor. Enfado porque la vida ya no será nunca como antes, porque no consigo retener y recordar, porqué he perdido 3 años de mis hijos. Porqué la maternidad que tanto deseaba se ha teñido de negro.

Hoy es ira, pero otros días es tristeza. Tristeza por mi precioso bebé que no puede estar a mi lado, que no puede recibir mis besos ni mis abrazos. El niño que no podrá notar el calor del sol ni ver caer las hojas de los árboles en otoño. Añoranza de lo que no fue.

Cada 15 días más o menos... nunca sé qué lo desencadenará. A veces es un comentario de alguien, una foto de nuestra familia, un nacimiento, un día especial... ya son mas de dos años y medio y me pregunto si alguna vez podré volver a sentirme plenamente feliz, sin este poso...

Me da pena porque tengo la intuición de que todos estos recuerdos hacen que analice mi vida con un filtro más exigente, como si en mis manos hubiera estado tomar otras decisiones que hubieran llevado a un desenlace diferente. Y me quedo destrozada, machacada por mi misma. Tristeza y suspiros... mientras mi vida va pasando delante de mí, pudiendo verla tan maravillosa... 

Suerte que ocurre un día, dos... mañana me levantaré con fuerza de nuevo.